jueves, 24 de febrero de 2011

7.1. Etapas del tratamiento y tratamiento de soporte

Etapas del tratamiento:

Existen varias etapas en el tratamiento de la leucemia:

  • Inducción: combinación de diversos agentes quimioterápicos asociados o no a radioterapia. Se administran para detener el proceso de producción de células anormales por parte de la médula ósea. El objetivo de esta etapa del tratamiento es impedir la producción de más células leucémicas. Esta fase puede durar aproximadamente un mes, y puede repetirse si no se alcanza el objetivo.
  • Intensificación/ consolidación: tratamiento quimioterápico administrado aún cuando no se detectan células anómalas. A pesar de no visualizarse es muy probable que sigan en el organismo, se administra más tratamiento para intensificar o consolidar la inducción. En ocasiones la consolidación puede consistir en un trasplante autogénico o alogénico.
  • Mantenimiento: etapa que mantiene la médula ósea libre de leucemia a través de una quimioterapia constante de menor intensidad pero de mayor duración. Esta fase puede durar desde meses hasta varios años. Se requieren visitas regulares al médico para controlar la respuesta al tratamiento, controlar sus efectos secundarios y detectar la posible reaparición de la enfermedad.

Tratamiento de soporte:

La leucemia y su tratamiento pueden provocar diversas complicaciones y efectos secundarios. Los pacientes suelen recibir un tratamiento de soporte destinado a prevenir o controlar estas complicaciones y a mejorar su calidad de vida mientras dure el tratamiento.
Se suelen administrar antibióticos con el fin de prevenir las infecciones a las que están más fácilmente expuestos. También se les aconseja permanecer alejados de personas de su entorno que sufran cuadros catarrales u otros procesos infecciosos, así como de aglomeraciones. La aparición de un proceso infeccioso en el paciente leucémico es motivo de alarma y requiere un tratamiento inmediato, en ocasiones con ingreso hospitalario.
La anemia y las hemorragias son otro de los problemas que a menudo requieren tratamiento de soporte. Las transfusiones de hematíes ayudan a combatir la anemia y sus consecuencias, y las transfusiones de plaquetas reducen el riesgo hemorrágico.

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