jueves, 24 de marzo de 2011

10. Controles a largo plazo

Son muy importantes las revisiones tras un tratamiento contra la leucemia. Estas incluyen normalmente un examen físico completo y un examen de sangre, médula y, en ocasiones, del líquido cefalorraquídeo (líquido de color transparente, que baña el encéfalo y la médula espinal), con el fin de descartar una posible reaparición de la enfermedad.
Algunos efectos secundarios pueden aparecer muchos años después del tratamiento, por ello es conveniente que los pacientes se sometan a revisiones periódicas y comuniquen a su médico cualquier problema o cambio de salud por mínimo que éste sea.

9. Efectos secundarios de la radioterapia

Los pacientes con tratamiento de radioterapia pueden desarrollar síntomas de cansancio que requieren períodos de reposo. Los médicos suelen aconsejar que permanezcan activos en la medida de sus posibilidades.
La radioterapia intracraneal ocasiona a menudo la pérdida del cabello, y asimismo puede provocar irritaciones en el cuero cabelludo. Es importante mantener éste último en perfecto estado de limpieza, y para ello se precisa seguir las recomendaciones del médico. No deben aplicarse lociones o cremas en el área tratada sin consultar al médico. La radioterapia además puede provocar nauseas, vómitos y pérdida de apetito. Estos efectos secundarios suelen ser transitorios y se les pueden sugerir métodos para aliviarlos mientras dura el tratamiento.
Sin embargo, algunos efectos secundarios pueden ser duraderos. En niños muy jóvenes sometidos a radioterapia intracraneal se han detectado problemas de aprendizaje y coordinación. Por este motivo, se intenta evitarla o a utilizar la menor dosis de radiación posible, y sólo en aquellos casos en que el tratamiento con quimioterapia no es efectivo por sí solo.
Por otra parte la mayoría de los adultos jóvenes sometidos a este tratamiento desarrollan esterilidad y algunos precisarán la administración de hormonas.

jueves, 10 de marzo de 2011

8. Efectos secundarios del tratamiento


Es muy difícil minimizar los efectos de la. Dado que el tratamiento también afecta a las células sanas y a los tejidos, puede provocar la aparición de efectos secundarios. Éstos se pueden ver, y dependen fundamentalmente del tipo, intensidad y duración del tratamiento. También dependen de una persona u otra, e incluso de un ciclo de tratamiento al siguiente. En general, el médico organiza la pauta de tratamiento para un determinado paciente para evitar al máximo la aparición de efectos secundarios.
Los médicos y las enfermeras siempre explican al paciente los efectos secundarios cabe esperar, y le indican medicamentos, dietas u otros remedios para intentar suavizarlos. Cuando a una persona le diagnostican leucemia, es de gran ayuda establecer una lista de preguntas que se desean plantear al médico, o bien ser acompañado por un familiar o amigo que tomará parte en la conversación.

7.4. Tratamiento de soporte

La leucemia y su tratamiento pueden tener complicaciones y efectos secundarios. Los pacientes suelen recibir un tratamiento de soporte para prevenir o controlar las posibles complicaciones y para mejorar su calidad de vida mientras dure el tratamiento.
Se suelen administrar antibióticos con el propósito de prevenir infecciones a las que están más fácilmente expuestos. También se les aconseja permanecer alejados de personas de su entorno que sufran catarros u otros procesos infecciosos, así como de aglomeraciones. La aparición de un proceso infeccioso en el paciente leucémico es preocupante y requiere un tratamiento inmediato, en ocasiones deben ser hospitalizados.

jueves, 3 de marzo de 2011

7.3. Etapas del tratamiento

Existen varias etapas en el tratamiento de la leucemia:

  • Inducción: combinación de diversos agentes quimioterápicos unidos o no a radioterapia. Se utilizan  para detener el proceso de producción de células anormales por parte de la médula ósea. Esta fase puede durar aproximadamente un mes, y puede repetirse si no se alcanza el objetivo.
  • Intensificación/ consolidación: tratamiento quimioterápico que se administra aún cuando no se detectan células anómalas. A pesar de no visualizarse es muy probable que sigan en el organismo, se administra más tratamiento para intensificar o consolidar la inducción.
  • Mantenimiento: etapa que mantiene la médula ósea libre de leucemia a través de una quimioterapia constante de menor intensidad pero de mayor duración. Esta fase puede durar desde meses hasta varios años. Se requieren visitas regulares al médico para controlar la respuesta al tratamiento, controlar sus efectos secundarios y detectar la posible reaparición de la enfermedad.